La Tunantada, aportes desde su historia

Por Katerine Retamozo

Publicado el año 2014, después del conversatorio organizado en Yauyos, Jauja.

Son días festivos. Bailantes, músicos, personas foráneas. La fiesta se realiza con gran algarabía en parques, calles y en la plaza principal de Yauyos, se construyeron palcos de madera de dos niveles. En medio de esta misma plaza se aprecia al público esperando, comprando, lo que les ofrece el comercio diverso, desde artesanías hasta fotografías con Shrek y Fiona.

La Tunantada, declarada el año 2012, Patrimonio Cultural de la Nación, concita gran atención en sus festividades del 20 de enero en Yauyos, Jauja. Sobre esta manifestación cultural, existen investigaciones que pronto verán la luz y es que después de su declaratoria como Patrimonio, sigue dando interrogantes a los investigadores que se ocupan de ella, sobre su aparición en la línea histórica de Yauyos, Jauja.

En este contexto, en los ambientes de la biblioteca de Yauyos, ubicada en la Plaza Jergacumo o la plaza del Chuto,  se realizó el conversatorio “La Tunantada, aportes desde su historia”, organizado por el Centro Cultural de la Universidad Continental, en coorganización con la Municipalidad de Yauyos. Aquí estuvieron las principales autoridades de La Tunantada, el alcalde de Yauyos, César Espinoza; el presidente de la Asociación de instituciones tunanteras 20 de enero, Rolando Rivera, que dicho sea de paso, concentra  a 25 instituciones*.

Es sabido que La Tunantada es un reflejo del sincretismo cultural, además de reflejar ello a través de sus personajes “El Chuto”, “El Huatrila o indio”, “El Español, Príncipe o Chapetón”, “La Jaujina”, “La Sicayina”, “El Doctorcito”,“María Pichana”, “El Boliviano o Jamille”, “El Tucumano, Argentino o Arriero” “La Huanquita” , “El Chuncho o Shipibo”, “La Cuzqueña”. De todo el conjunto se ocuparon los estudiosos invitados al evento académico-cultural.

Aportes desde la investigación

En el transcurso de su intervención, Manuel Perales*, da algunos alcances para el estudio de La Tunantada, que trabaja conjuntamente con Henoch Loayza* , expuestos en el Conversatorio, donde se postula como premisa básica “La Tunantada como resultado de un proceso de recreación, como expresión de memoria y como mecanismo de afirmación de identidades, en contextos históricos concretos”.

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Así explicó también que un punto importante a considerar son las épocas de la pre y post guerra con Chile, en el siglo XIX,  un hecho histórico importante que influyó en diversos cambios sociales en Jauja, a nivel económico, social y cultural. En un ejemplo que las familias que tenían el poder antes de la guerra, después de ella decayeron y estos lugares fueron tomados por los pobladores “indígenas”.

“La Tunantada es testimonio vivo del genio creador de nuestras comunidades (antes llamadas indígenas), de su conquista de espacios otrora excluyentes y de la afirmación de su presencia en la escena nacional y mundial como oportunidad para la recreación de nuevas identidades”. Es después de la guerra, según estas investigaciones, que sucede la quiebra de los tres pilares de la economía regional: minería, ganadería y comercio. La elite regional terrateniente de la preguerra (ligada principalmente a la ganadería) desaparece. Así se da la hegemonía de los capitales ingleses y norteamericanos en la minería y la ganadería y se da la conformación de nuevos corredores comerciales y nuevos comerciantes (afincados en Huancayo). Suceden masivas movilizaciones indígenas y una capitalización posterior, enfatiza Perales Munguía.

Es por ello y otros aspectos importantes estudiados que Perales concluye que La Tunantada, tal y como la conocemos hoy en día, tuvo su base en la articulación de varios elementos culturales (antiguos, nuevos y foráneos), que ocurrió al menos desde el siglo XIX. Luego, después de la Guerra del Pacífico, conquistó nuevos espacios (la ciudad de Jauja) como vehículo de afirmación y recreación de las nuevas identidades de las poblaciones indígenas emergentes.

Por su parte, Carlos Hurtado, interpreta a La Tunantada como una fiesta sumamente compleja que involucra la representación del baile; la transformación con las máscaras; las diversas formas de resistencia cultural presentes en la música que ejecutan las Orquestas típicas; hasta los múltiples debates por la búsqueda de una “autenticidad” en la ejecución del baile y en la vestimenta; y la negociación y reafirmación de identidades.

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Así también considera que de acuerdo a las evidencias conseguidas, podría remontarse al siglo XX, como parte del proceso que ha implicado la expansión mundial del capitalismo y la llegada de los principales medios de comunicación a la zona, como el tren y la carretera central, y el cambio musical que experimentó toda la zona central. Es decir, fue una respuesta a “algo”. Esclarecer ello ameritaría una investigación acuciosa, en desmedro de las múltiples fantasías e inventivas que se suelen decir sobre la aparición de la danza.

“Se suele decir que la Tunantada es de origen colonial; o sea que se originó en las ferias dominicales virreinales donde convergían gentes de diferentes geografías, los que al final de las ventas, se ponían a bailar. Así se explicaría la presencia de personajes tales como el argentino, el boliviano, la cusqueña, la chupaquina, la huanca, etc. Sin embargo, aunque es un relato que suena muy convincente, no se puede demostrar verídicamente, y es difícil que se pueda hacer además, por lo que se puede pensar se trate de un relato mítico –es decir uno que recrea un pasado de acuerdo a las necesidades explicativas del presente–, y que hoy en día se suele asumir como una verdad”, expresó el historiador, Carlos Hurtado.

Es importante resaltar que durante su exposición, Hurtado Ames, manifestó haber encontrado evidencias en el antiguo periódico jaujino  El Porvenir de la primera y segunda década del siglo XX,  donde sólo aparecen referencias a dos cuadrillas de bailantes, ambas de Jauja y una de ellas dirigida por los hermanos Suárez. El lugar donde se realizaba la festividad no está claro en estas fuentes, pero hay otras informaciones, sobre todo de carácter oral, que señalan que ésta se desarrollaba en ciertos puntos de la ciudad, por ejemplo la antigua plazuela de Santa Isabel, hoy La Libertad. Las páginas del El Porvenir, también muestran que la Tunantada era una fiesta secundaria o accesoria del  “Jalapato”, que era el principal atractivo y celebración del  momento.

Acerca de la música, Hurtado refirió que el crecimiento de la fiesta ha ido a la par con el cambio musical que se ha dado en la región desde finales del siglo XIX y principios del XX, sobre todo con la aparición de la “Orquesta típica” (antes de la misma existía el llamado “Conjunto musical”, que se constituía básicamente por guitarras y quenas), y la introducción de instrumentos tales como el clarinete y el saxofón al repertorio musical serrano. Lo que llevaría a decir que la Orquesta típica permitió el crecimiento y masificación de este tipo de manifestaciones en la región, mediante lo que conceptualmente se denomina como mestizaje cultural.

Por su parte, Francisco Núñez*, resaltó que la Tunantada es un recurso cultural que nos permite tener identidad y enfrentarnos al mundo globalizado. “La cultura es clave y tenemos la responsabilidad, no solo de reproducirla, sino también que estos recursos culturales conserven su identidad”.

Finalmente, cabe concluir, que las autoridades presentes escucharon detenidamente las exposiciones, así como las palabras del director de la dirección desconcentrada de Cultura, Jair Pérez, que los conminó a realizar, lo más pronto posible, un plan de gestión de una política cultural para la Tunantada. «Solo así se podrá llegar a presentarla como manifestación cultural de la humanidad ante la UNESCO», expresó.

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Apuntes importantes y trabajo por realizar

-Investigar acuciosamente y publicar resultados de estudios acerca de La Tunantada, en primer lugar la monografía que se presentó al Ministerio de Cultura para su designación como patrimonio. Todo ello construirá, con bases científicas y fuentes fidedignas, considerar correctamente su proceso histórico, en el que confluyen diversos elementos que la fueron transformando.

-Realizar el plan de salvaguarda con participación de los portadores de La Tunanatada.

-Controlar, por parte de las directivas y la Municipalidad, la excesiva publicidad de empresas cerveceras además de controlar el comercio dentro de la Plaza de Yauyos.

Este ha sido un espacio importante para dar a conocer estos aportes muy significativos, que aseguran una señal de que hay un arduo trabajo y responsabilidad para llevar a La Tunantada en sus propios y grandes escenarios.

Tunantada

*Las instituciones son agrupaciones de familias o personas con afinidad que se organizan y forman una cuadrilla de tunantes.

*Manuel F. Perales Munguía: Licenciado en Arqueología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con estudios concluidos de Maestría en Antropología Jurídica por la Universidad Nacional del Centro del Perú. Ha publicado varios artículos científicos y capítulos de libros sobre arqueología y antropología en el Perú, Chile y los Estados Unidos. En el año 2011 ganó el Premio Nacional de Subvención a Publicaciones Científicas y Tecnológicas del CONCYTEC, junto a José Luis Álvarez y Carlos Hurtado Ames, con el libro Pueblos del Hatun Mayu. Historia, arqueología y antropología en el valle del Mantaro. En el año 2013 ganó el Premio de Membresía Estudiantil de Postgrado de la Asociación de Antropología Americana de los Estados Unidos, y se incorporó a la Sociedad para la Arqueología Americana, también de los Estados Unidos. Actualmente labora en el Proyecto Qhapaq Ñan del Ministerio de Cultura y en el Centro de estudio Julio Espejo Núñez.

*Henoch Loayza: Investigador de la cultura Xauxa, publicó Los Xauxas, territorio e historia (2010), junto a Lucio Villanes y Luis Cáceres. Además es principal precursor del Centro de estudios Julio Espejo Núñez, es dueño del museo paleontológico La casa del caminante en Yauyos, Jauja.

*Carlos Hurtado Ames: Licenciado en Historia por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con estudios de Maestría en Antropología por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Maestro y candidato a Doctor en Historia por el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México. Ha publicado Fuentes para la historia colonial de la sierra central del Perú (Huancayo: UNCP, 2003); Curacas, industria y revuelta en el valle del Mantaro, siglo XVIII (Lima: CONCYTEC, 2006); La Iglesia Matriz y la Capilla de Cristo Pobre de Jauja, estudios y documentos (Jauja: Proyecto Jauja Monumental, 2010) y editado Pueblos del Hatun Mayu. Historia, arqueología y antropología en el valle del Mantaro (Lima: CONCYTEC, 2011). Su reciente publicación Aeropuerto Francisco Carlé de Jauja, aportes y documentos para su historia (2013), ha sido considerada una de las mejores de su año. Actualmente es Profesor Asociado de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Trujillo y de la maestría en Ciencias Sociales en la misma Universidad.

*Francisco Núñez Gonzales: Sociólogo fundador del centro cultural Francisca Pizarro Yupanqui y Director de la primera Escuela Tunantera “Pablo Suárez Núñez”.

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